Te contamos qué aspectos hay que tener en cuenta a la hora de elegir la distribución de tu cocina:
El triángulo de trabajo
La zona de cocción, la de lavado y la de almacenamiento funciona mejor sí forman un triángulo en el que las dos primeras zonas estén en una misma línea de trabajo o formando 90º.
El lavavajillas tiene que estar cerca del fregadero. Antes de colocar los platos en el lavavajillas solemos enjuagarlos un poco, así que conviene que estas dos cosas no estén demasiado alejadas.
La basura, especialmente la orgánica, está mejor cerca de la zona de cocción. Generalmente es ahí donde se generan los residuos. Agradecerás poder deshacerte pronto de ellos y no tener que pasearlos por toda la cocina.
Reserva un espacio para los pequeños electrodomésticos. Si no lo haces, la tostadora, el exprimidor, la cafetera, la plancha, la batidora… quedarán a la vista y acabarán ocupando todo tu espacio de trabajo. Si les reservas un módulo de suelo a techo, tendrás todos estos aparatos perfectamente ordenados y ocultos; sólo tendrás que abrir una puerta para usarlos con comodidad. Eso sí, recuerda dejar unas cuantas tomas de corriente previstas en la pared en la que coloques ese módulo.
Los cajones grandes y los módulos con bandejas extraíbles multiplican la capacidad de almacenamiento. Si optas por piezas de este estilo, podrás reducir el número de módulos e incluso prescindir de los muebles en altura, a menudo poco prácticos por ser menos accesibles.
Es importante considerar en primer lugar los criterios funcionales, pero también hay algunos aspectos estéticos relacionados con la distribución que conviene tener en cuenta. Por ejemplo:
Si puedes, agrupa todos los muebles altos en una pared y libera de muebles suspendidos la zona de encimera. La cocina se verá más ordenada y moderna y, sobre todo, parecerá más amplia.
Si tienes dudas o no tienes tiempo de pararte a pensar en cómo resolver tu cocina, no dudes en contactar con nosotros.